Todavía existe cierto desconocimiento en la sociedad sobre el sector de la movilidad eléctrica. Pese a que cada vez está más presente, algunas personas aún no se atreven a invertir en un vehículo eléctrico al estar influenciadas por algunos pensamientos que, como veremos a continuación, no son ciertos. Destapamos todos los mitos sobre los coches eléctricos.
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Los coches eléctricos y los puntos de recarga son muy caros
Evidentemente, al comprar un coche eléctrico se debe contemplar una inversión inicial pero nada alejada de lo que usualmente se ha invertido en coches de combustión.
Hasta ahora, las grandes marcas del sector automovilístico han desplegado todos sus esfuerzos en lanzar al mercado vehículos eléctricos con prestaciones innovadoras nunca vistas. Sin embargo, cada vez más marcas disponen en su cartera de productos de modelos de coches eléctricos muy asequibles a precios competitivos, adaptados a todo tipo de público.
Puedes adquirir un Dacia Spring o un SEAT Mii electric por 20.000€. Un precio que puede bajar hasta los 13.000€ beneficiándote del Plan Moves, el programa de subvenciones y ayudas del Gobierno para incentivar el paso a la movilidad eléctrica. Consulta los coches eléctricos más baratos.
Respecto a los puntos de recarga, cabe valorar que no requieren ningún tipo de mantenimiento. Es decir, pagas la inversión inicial que suele rondar los 1.200€/1.500€ y, a partir de ese momento, no dejarás de ahorrar. Si comparamos el precio de los combustibles tradicionales con el precio de consumo de carga eléctrica podemos estar hablando de una reducción de gasto de hasta un 50%.
Además, al igual que en la compra del vehículo eléctrico, también puedes beneficiarte del Plan Moves en la instalación del punto de recarga. Gracias a estas ayudas, puedes recuperar hasta el 70% de la inversión.
Adicionalmente, existen numerosas ventajas fiscales para los vehículos eléctricos que suponen un ahorro económico considerable. Por tanto, desmontamos este mito.
Los coches eléctricos no tienen autonomía
Para ver la autonomía de un coche eléctrico como un problema resulta esencial valorar el tipo de uso que se le dará a el coche. Muchas personas se niegan a comprar un coche eléctrico apuntando hacia la autonomía cuando realmente se le da uso urbano al vehículo. Salvo en los trayectos de grandes distancias, la autonomía no supone ningún handicap.
De hecho, incluso en viajes largos en los que las paradas deben ser obligatorias para evitar fatigas y riesgos de accidente, el ser usuario de coche eléctrico no es un problema. Se puede planificar previamente la ruta para parar ubicando estaciones de carga que sirvan para reposar y cargar a la vez.
No obstante, cabe remarcar que, pese a que los primeros coches eléctricos contaban con una autonomía muy baja, ahora existen coches en el mercado con hasta 700 km de autonomía. Esto irá evolucionando con el tiempo y el problema de la autonomía dejará de existir. Como comentábamos, para el uso habitual diario, este tipo de autonomías tan extendidas es más que suficiente para cualquier usuario.
La carga de los coches eléctricos es muy lenta
La red de carga cada vez avanza y evoluciona más rápido. El desarrollo en el sector de los cargadores permite que se ofrezcan modelos con grandes prestaciones que proporcionan una carga inteligente adaptada a las necesidades de cada usuario.
¿Hay algo más cómodo que disponer de un wallbox en tu garaje y cargar el coche eléctrico mientras duermes? Además, puedes valorar la carga a través de fotovoltaica y ahorrar mucho más con autoconsumo. Existen cargadores en el mercado que permiten una carga inteligente a través de excedentes solares. Puedes planificar tu rutina de forma que tus placas solares produzcan energía de día y tú cargues el coche de noche, optimizando al máximo el rendimiento y la inversión de tanto la fotovoltaica como el coche eléctrico.
Evidentemente, se sigue tardando más en cargar un coche eléctrico que uno de gasolina o diésel. Pero, la red de electrolineras y cargadores de carga rápida cada vez es más amplia. A día de hoy ya se pueden encontrar cargadores que garantizan la carga del 80% del coche eléctrico en menos de 20 minutos.
Hay pocos vehículos eléctricos en el mercado
Estamos ante el mito más desmontable. La realidad del mercado y del contexto actual, que se suma a las tendencias y programas de reducción de emisiones de CO2 por normativa europea, ha provocado que todas las marcas inviertan sus esfuerzos en disponer de alternativas eléctricas dentro de su cartera de productos.
La descarbonización del sector de la automoción pretende reducir en un 90% la emisión de gases efecto invernadero. Es por ello que se ha fijado desde la UE la prohibición de vender turismos y furgonetas nuevas con motores térmicos a partir de 2035 aunque algunas empresas ya lo han planificado para 2024. Así, se prevé que en 2050 no hayan modelos de combustión circulando en nuestras ciudades, aunque eso podría llegar mucho antes si los gobiernos toman medidas de aceleración por la gravedad del cambio climático.
Por lo que, hablamos de un mercado en expansión que ha provocado que sean muy pocas las marcas que no dispongan ya de coches 100% eléctricos.
La vida útil de las baterías es muy corta
El gasto en mantenimiento de un coche eléctrico es mínimo. De hecho, se puede hablar de que el único gasto de mantenimiento es el asociado a la batería eléctrica del vehículo. Y, más que eso, se considera una detracción por uso.
No obstante, es importante valorar a la hora de adquirir el coche qué tipo de prestaciones y garantías ofrecen las marcas porque esto puede suponer un ahorro de problemas a largo plazo.
Lo habitual es que la batería de un EV cumpla con una cobertura de unos ocho años o más de 150.0000 km de recorrido. Por lo que realmente, es un gasto puntual y necesario para cuidar el funcionamiento y la seguridad de la conducción.
El futuro del coche eléctrico cada vez está más cerca. Su desarrollo, evolución y la aceptación por la sociedad harán que muy pronto dejemos de ver por las calles coches de combustión para sumarnos a una tendencia que cuida del planeta y de los ciudadanos.